Gimnasio

Después de tres semanas en el gimnasio podemos hacer un resumen de cómo ha ido el asunto.

¿Debería explicar que soy una mujer con unas ideas muy claras y que soy difícil de impresionar por el deporte? Pues mentiría como una bellaca (aunque nunca he tenido muy claro que significa esta frase…). Para que veáis a que me refiero haré una lista con lo que yo pensaba (o decía) al apuntarme al gimnasio y lo que pienso ahora:

Primero: “Yo nunca iré a las clases estas de aeróbic. Mejor en aparatos que si no me veo muy pato y me da vergüenza” Bien, sigo pato y sigue dándome vergüenza pero voy a todas las clases que hacen a la hora que acudo al gimnasio… Quiero decir que, como cada día es una clase distinta, pues oye, no es solo que vaya a una… ¡es que voy a todas! ¡Incluso me divierto!.

Segundo: “No iré sola al gimnasio”. Pues voy sola al gimnasio. Si, ya sé que dije que el monitor estaba tremendo pero… como he dicho en el punto uno… voy a las clases que las lleva una monitora así que ya me diréis… después si estoy un rato… uf, que me salto un punto…

Tercero: “No me gusta el deporte, y no me gusta el gimnasio. Si voy es por adelgazar o tonificar, no por gusto”. Bien… hoy por hoy, el día que no puedo ir me cabrea porque me relaja (dios mío… ¡¡¡me relaja!!!) ir. No solo voy a las clases sino que, como cuando llego ya están empezadas, pues después me quedo haciendo bicicleta, y demás aparatos similares, una media hora… Y sigue dando igual sí el monitor esta tremendo porque como solo son esos aparatos pues me deja a mi bola y no necesita estar pendiente de decirme que tengo que hacer….

Eso sí, como ya he dicho, sigo siendo torpe, sin gracia y sin ritmo.

Hoy, por ejemplo, hemos hecho Fitball. ¿Qué es eso? Esto:



¿Me imagináis a mi encima de semejante pelota? Teniendo en cuenta que soy algo torpe... Porque claro, mi pelota era más grande y yo soy más pequeña que la muchacha de la foto... Ha sido divertido, y mucho, pero también acojonante porque semejante pelota acojona… Pero conseguiré dominarla. Y vamos, no llegara el día en que podré ponerme de pie, encima de ella, y gritar “el mundo es mío” pues porque una cosa es tener voluntad y otra muy distinta es hacer milagros…

Oh, y sí "nuestra estilísta favorita" consiguio superarse a sí misma con el gorro (sí se le puedo llamar gorro a eso) que llevo a la gala del lunes... (no he podido evitar hacer el comentario... lo he intentado pero soy débil...)